¡Feliz Navidad, amigos lectores de este blog! Mi deseo es más que un gesto de cordialidad o un formalismo social; creo profundamente en el significado de la Navidad y en su capacidad para iluminar nuestras vidas, más allá de las creencias religiosas o la ausencia de ellas. Del mismo modo que la luz del Sol sale para todos, la Luz de la Vida ilumina también a todos por igual. La Gran Compasión no excluye a nadie, y sólo hace falta saber mirar con atención para hallar el camino.
La primera recomendación para orientarse es saber que nada es lo que parece y que lo esencial está simpre oculto a la vista. Oculto de un modo especial; como enseñó Allan Poe en la historia de la carta escondida, el mejor modo de ocultar algo es ponerlo en el lugar más evidente. Lo que saben los sabios es que el mundo es un libro, Liber Mundis, que hay que aprender a leer, cuyas páginas están hechas de Tierra, Agua, Aire y Fuego, llenas de renglones torcidos que son la escritura recta de Dios.
Con ánimos de leer hoy en ese libro --el único libro sagrado que existe-- me acerqué anoche hasta el Pesebre de Belén, para adorar a Jesús de Nazaret, atraído por el fulgor de la estrella y los cantos de los ángeles. Y hallé en aquel apartado rincón la primera lección del libro: cualquier lugar del Universo es sagrado y no sólo aquélla tierra es santa. Por eso nuestra obligación es hacerle honor y practicar la justicia en todas partes, ya que la justicia es el amor en acción y el único homenaje que agrada a Dios.
La segunda lección es que la Luz Verdadera es la que nace en la oscuridad. Jesús nace en el solsticio de invierno, cuando la oscuridad ha llegado a su extremo, en una cueva apartada, lejos de las miradas mundanas que sólo se ven atraídas por el provecho, el rechazo o la adulación. La Luz que alumbra el corazón brota oculta, en la cueva del corazón, destinada a convertir nuestros corazones de piedra en corazones de carne y realizar así la alquimia suprema.
La tercera lección es que los seres más cercanos que acompañan el nacimiento de la Luz son nuestros hermanos los animales, que calientan al recién nacido con su aliento, mostrando así que no sólo el aliento humano, expresión del espíritu (ruaj) y de la energía (chi, prana) es de naturaleza espiritual sino que el aliento animal tiene su lugar en la dignidad inspiradora.
La cuarta lección es que la estrella de Belén muestra la legitimidad de los astros como indicadores del camino, ya que la astrología es la gramática del lenguaje de Dios, como bien sabe mi amigo José Antonio González Casanova, veterano socialista, catedrático de derecho constitucional que inspiró a unos cuantos padres de la Constitución Española, y astrólogo cristiano. El orden supremo de las estrellas es inspirador del orden supremo de la ética del corazón, como halló nuestro ancestro Immanuel Kant.
La quinta lección es que necesitamos ayuda para despertar del sueño de la apatía y la desesperanza, y que quienes nos llaman a la vela son esos ángeles con quienes conversábamos cuando fuimos niños y cuya compañía abandonamos cuando creímos saberlo todo hasta ver que no sabemos nada. Son esos ángeles, que pueden volar porque se toman a si mismos muy a la ligera (dijo Chesterton) quienes cumplen su labor de mensajeros de lo Sagrado: da las gracias, no te tomes en serio, goza de la vida, piensa en los demás, la vida es buena para ser vivida, siempre con los otros. El mensaje angélico no es, ciertamente, cree en esto o aquéllo, esto está equivocado, aquéllo es condenable, sino Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad: fe, confianza, buena voluntad.
La sexta lección es que los primeros en acudir a la llamada de la Luz son los sabios de otras culturas y tradiciones espirituales, aquellos que consideramos infieles o paganos, seguidores de prácticas exóticas, ante quienes elevamos barreras para que no contaminen nuestra prática religiosa pues consideramos su sabiduría como superstición.
La séptima lección es que la sabiduría se valida por la generosidad, dando cosas útiles para todas las dimensiones del ser: mirra, para la vida del cuerpo; incienso, para la vida del espíritu; oro, para la vida en sociedad.
La octava lección es que la paternidad humana es coherente con la filiación divina. Nacer de una madre es nuestro primer acto de humildad, puesto que ni siquiera Él se hurtó a ello. No podemos parirnos a nosotros mismos del mismo modo que no podemos añadir un codo a nuestra estatura. Necesitamos a otros seres humanos para existir en este mundo.
La novena lección es que los padres se las apañan con poco para sacarnos adelante: un establo y un montón de paja bastan. Poco necesitamos también nosotros para alumbrar y educar a los demás.
Y la décima lección es que, del mismo modo que nacimos, un día moriremos. En silencio y ocultos a la mirada mundana, puesto que la vida y la muerte verdaderas ocurren en la soledad. Y así todo está bien, y todo estará bien.
Feliz Navidad, Gabriel. Como he escrito en el Facebook de los Unitarios de Cataluña, "Emmanuel" (Dios con nosotros) es cada día, pero bien está celebrarlo en un día concreto, que además hermana las tradiciones romana (Sol invictus) y cristiana (nacimiento legendario de Jesús), y es próxima a la fiesta judía de la luz (Jánuca o Hanukkah).
Y feliz año, a pesar de los augurios.
Publicado por: Jaume | 26/12/08 en 19:17
Bon Nadal una mica endarrerit! Un escrit molt bonic!
Publicado por: júlia | 28/12/08 en 8:24
Bon Nadal a tots dos, amics!
Ciertamente, Emmanuel es cada día, pero necesitamos el ritual de la fiesta y la celebración para poder destacar lo que, de evidente, pasa desapercibido.
Creo que la gracia de que al entorno de la historia de Jesús se hayan superpuesto tantos mitos y símbolos es que el resultado es fulgurante y humanísticamente omniabarcante. Los reaccionarios abominan de lo que llaman "sincretismo" y "religión a la carta", cuando lo primero es, simplemente,la síntesis a la que toda mente inteligente tiende, y lo segundo, democracia y librepensamiento. Tiene narices. Feliz año, venga lo que venga.
Publicado por: Gabriel Jaraba | 28/12/08 en 13:05
Felicidades Gabriel, por descubrir y saber comunicar con ese talento y gracia lo que está latente.
Te deseo lo mejor para el nuevo año, te lo mereces.
Tu hermana pequeña.
Publicado por: Núria | 29/12/08 en 10:05
Madre del Amor Hermoso! Supongo que, al igual que Moisés, se quedó usted en las diez lecciones, porque sino habría tenido que tirar de los dedos de los pies!
No se moleste si le llaman frívolo por vivir en la inopia mientras los palestinos son masacrados.
Su opinión no es criticable porque es suya. Pero sorprende que alguien que apela a todas las supersticiones en este contexto, tenga la poca verguenza de llamarse progresista, ni siquiera de izquierdas.
Ya está bien de Cretinos por el Optimismo.
Publicado por: un perro apaleado | 29/12/08 en 18:05
Querido Perro Apaleado,
Se equivoca usted. Las opiniones son criticables aunque sean propias, pues todas las ideas deben estar sometidas a debate constante. Consideramos que no hay que criticar las ideas de los otros cuando nos importan un pimiento o cuando permanecemos cómodamente en nuestros juicios previos, es decir, prejuicios.
Me niega usted la condición de progresista y de izquierdas a pesar de que digo "nuestra obligación es hacerle honor y practicar la justicia en todas partes". ¿Es porque afirmo creer en Dios? Lo hago como lo hicieron mis viejos compañeros José María de Llanos, Alfonso Carlos Comín y tantos cristianos comunistas gracias cuyas ideas en acción tenemos hoy libertad.
Dice usted que apelo a todas las supersticiones. Simplemente, llamamos supersticiones a las creencias de los otros. Así las consideran los analfabetos simbólicos, materialistas inconsecuentes que, si fuesen tales, en una exposición de pintura considerarían lo más relevante la composición química de los pigmentos de que están hechas las obras. Apelemos, pues, a la buena educación y ahorremos llamar sinvergüenzas a quienes no piensan como nosotros, de modo que podamos ejercitarnos en el primer mandamiento laico que es la tolerancia. a la que siguen libertad, igualdad y fraternidad.
Vamos hacia un mundo complejo, como vislumbró Edgar Morin, en el que los viejos manuales y las vulgatas usadas ya no sirven y en el que se topará usted cada vez más con tipos extraños como yo.
Publicado por: Gabriel Jaraba | 30/12/08 en 11:22
Molt bé, germà! I molt bon any a tothom!
Publicado por: pep krk | 31/12/08 en 17:23
Los viejos manuales no sirven, estamos de acuerdo. Los 4 evangelios oficiales que el Imperio Romano decretó certeros, después de haber rechazado otros 300 en el Concilio de Nicea, dos siglos más tarde de que Cristo no hubiera existido, son manuales muy, muy viejos.
Respecto a los cristianos comunistas, me parece un insulto a la inteligencia que se arrogue el título de comunista para descansarse con un panfleto contra el materialismo. ¿No sabe usted que el comunismo es materialismo dialéctico?
Es usted libre de pensar lo que quiera y además, tendrá todo el apoyo de los medios y del establishment para difundir su vieja combinación imposible entre catolicismo romano, para nada cristiano, y pseudomarxismo. La confusión sincrética es buena compañera del Pensamiento Único.
Intento no creer. Sé alguna cosa e ignoro la mayor parte. Dios nunca vino a verme, pero si realmente él creó el mundo, es un verdadero idiota y no podía haberlo hecho peor.
Publicado por: un perro apaleado | 04/01/09 en 19:26
Los evangelios me importan un huevo; el simbolismo que la experiencia humana proyecta sobre ellos, me inspira. El materialismo dialéctico se lo regalo a Marta Harnecker y a quien le pague ahora, quizás Chavez; maldita la pena de que le sirvió al bloque socialista para evitar hundirse. El comunismo sigue siendo un ideal al que apuntar: o socialismo o barbarie; ¿quién se atreve a excluir a otros de ese ideal en nombre de una ideología? No hago otra combinación que la del libre pensamiento que explora y trata de comprender unas realidades que no se ajustan a las ideologías. Sincretismo llaman los dogmáticos católicos a lo que no pasa por las horcas caudinas de su diktat; quizás otros dogmáticos se les asemejen. El Pensamiento Único se ha ido a hacer puñetas con Freddy Mae y Fanny Mac, Huntington palmó el otro día y ahora tenemos un magnífico futuro que viene sin manual de instrucciones, como por otra parte viene sucediendo desde que el mundo es mundo.
No intente no creer: no crea, radicalmente, pero explore y experimente. No es cuestión de creer, eso es lo que dicen los ciegos que guían a otros ciegos,ignorantes de todos menos del poder y del dinero. De lo que se trata es de mirar más allá de las narices a una realidad que no se explica solamente por las tonterías que explican en las escuelas y las univesidades. Dios es una palabra fea, en cuyo nombre se mata y se oprime. Pero puede ser una hipótesis de trabajo para, a nivel simbólico, tratar de ir un poco más allá, más a lo lejos, más hacia la oscuridad. ¿Ha oído hablar alguna vez de la teología apofática? ¿Ha conversado sobre pensamiento simbólico con algún miembro de la masonería liberal y de izquierdas? Hace bien en negar ese Dios creador y el resto del cómic barato que cuentan los ignorantes. Insisto, no crea, niegue ese Dios de pacotilla que les sirve a los Roucos y Cañizares para seguir hablando de dinero y de poder. Pero cuando se encuentre con aquella viejecita a la que ese nombre le sirve para aludir a la Gran Compasión que le ha hecho sacar a su familia adelante desde la miseria, arrodíllese.
Publicado por: Gabriel Jaraba | 04/01/09 en 21:46