La crisis de la prensa diaria irá más lejos de lo que editores y periodistas creen, porque no está motivada por internet --del mismo modo que la televisión no le arrebató un solo lector-- sino porque forma parte de un cambio de era global cuyas dimensiones están aún por vislumbrar, dado que abarcan aspectos fundamentales de nuestra civilización, comenzando por el papel del trabajo y el (auto) reconocimiento de los trabajadores en tanto que tales. La prensa es una institución fundamental de la democracia, una parte del sueño ilustrado que la veía como un pilar en la formación de la ciudadanía, cuando la democracia representatitva tiene que enfrentarse, no ya a sus enemigos neoautoritarios, sino a un reto planetario de unas dimensiones en las que los genios de la ilustración no podían ni soñar.
El problema no es que editores y periodistas no sean capaces de abordar esa reflexión, ya que remite a tareas de alcance hercúleo, sino que los primeros no confían en sus productos ni en los profesionales que los hacen y los segundos no se atreven a sacar la cabeza del agujero.
Por ejemplo:
Las ofertas de cacharrería con la edición dominical (ahora, tupperwares y vídeos) es pan para hoy y hambre para mañana. Sirve para ganar "lectores" que no leen, y se dedica a ello el esfuerzo que se escamotea en conseguir talento y fomentar contenido que atraiga a la gente que sí lee. Es un modo tan rotundo de decir "no creo en esas páginas impresas que vendo, y tengo que ofrecer juguetes para que alguien las compre". Qué error, qué inmenso error.
Las reducciones de plantilla (Grupo Zeta o ABC, La Vanguardia se lo está pensando) pueden ser necesarias económicamente, pero no son la solución sino el agravamiento del problema. Los editores reinciden en el error que cometieron hace 30 años. Soñaron entonces con reducir al mínimo el personal de talleres mediante la informatización y el traslado del "primer impulso" de la composición de textos a la redacción. El resultado fue: a) efectivamente, se deshicieron de los linotipistas , y su tarea fue asumida por los redactores, dedicados a tareas de composición y ajuste de textos pagadas con sueldo de periodista y no de tipógrafo; b) el personal de redacción fue absorbido por las tareas de edición y de redacción de mesa, con lo que los periodistas abandonaron las calles, es decir, la realidad; c) las redacciones, volcadas en tareas de producción de páginas, no pudieron dedicarse a producir noticias y contenidos en cantidad y calidad suficiente y tanpoco a tareas de creatividad para hacer progresar el producto. Las ediciones del domingo están llenas de suplementos especializados, pero el cuerpo noticioso del diario es a veces más delgado que el de los días laborables: se produce más letra pero pocas noticias de verdad; d) la decisión de salir también los lunes sirvió para arañar unos cuantos lectores a las Hojas del Lunes a cambio de dejar las redacciones exhaustas: los peores diarios de la semana, en términos de noticias, son los del dominogo y el lunes.
En otro post hablaré del papel de los periodistas en esta confusión, para no alargarme. Pero que alguien me diga si estoy loco o pasa lo siguiente: mucho ESADE, IESE, másters en administración de empresas, gurus empresariales y motivacionales de todo tipo, y lo único que saben hacer los directivos de las empresas es echar gente, no pagar acreedores y cortar producción. Así también dirigiría yo la empresa que fuera, qué caramba, que para ese viaje no hacen falta alforjas. Otros son más cucos, como el Gobierno con RTVE: ponen a Carmen Caffarel como rostro simpático, respetable y venerable, encargada de estudiar cómo redefinir el futuro del ente público. La señora convoca un comité de sabios --en el que figuraba, ay, nuestro admirado Emilio Lledó-- que se dedica a proferir obviedades e inanidades sobre el tema. Pero lo bueno era que ese comité no era más que una cortina de humo para distraer de la verdadera operación: ERE y jubilaciones anticipadas a porrillo, y venta de Prado del Rey y otro patrimonio. Aquí sí que yo no hubiera podido ser director general de RTVE, pues no hubiese tenido cara dura como para montar lo de los sabios, aunque me dieran después como premio un largo sesteo en la dirección de los Instiutos Cervantes.
Si tú que eres periodista lo ves así... así lo veía yo pero pensaba que era pesimismo existencial.
Publicado por: Júlia | 10/03/09 en 20:17
" el personal de redacción fue absorbido por las tareas de edición y de redacción de mesa, con lo que los periodistas abandonaron las calles, es decir, la realidad; "...
Qué gran verdad; ... y qué recuerdos aciagos!
A-
Publicado por: Alberto | 11/03/09 en 10:57
¿Cuál es la función de la prensa escrita española (no en otros países de nuestro entorno) en la actualidad? Básicamente, servir de portavoces oficiosos y lobby de presión del partido político al que apoyan de forma más o menos obvia. En otras palabras, decir lo que el portavoz oficial del partido no puede decir por corrección política o para evitar que se acuse a su partido de defender tal o cual postura. El problema surge cuando el medio se envalentona, se cree importante, y piensa que puede condicionar la vida y la política del mismo partido al que ayudó a ensalzar. Entonces es cuando un debate de editoriales o columnistas entre El Mundo y El País resulta más interesante y revelador que un debate en el Congreso entre Rajoy y Zapatero, ya que éstos están maniatados y amordazados por las servidumbres del electorado y la corrección política. En definitiva, el periodismo acaba por desvirtuar la democracia, al trasladar el debate político fuera de su entorno natural.
Publicado por: Jaume | 11/03/09 en 12:07
Interesante análisis Gabriel e interesante blog que he encontrado un poco por casualidad, ahora que yo también estoy metido de lleno en la blogosfera. He visto que también das clase en la Autónoma, como yo.Me encantaría quedar un día contigo después de tanto tiempo.
Una forta abraçada
Publicado por: Paco Elvira | 11/03/09 en 20:27
Jaume:
El caso de la prensa española es singular: una prensa de partido encubierta que se presenta como independiente, que ha buscado en la dependencia de una u otra fuerza política las prebendas para su negocio en forma de licencias de televisión, hasta que el espejismo del gran negocio de la tele como eje de grupo multimedia se ha ido al traste.
Más esperpéntico es el caso de Catalunya: un diario (Avui) que se salva del cierre gracias a los esfuerzos del gobierno de la Generalitat (mayoría socialista, con ERC e ICV-EUiA)para conseguirle financiación. La respuesta del diario, a su vez, es... ¡una línea informativa, editorial y beligerante contra ese mismo gobierno, a favor del primer partido de la oposición (CiU) y de una posible alianza con uno de los socios del gobierno (ERC) para derrocarle!
Paco: qué alegría verte por aquí. Mándame un mail con tu teléfono y quedamos. Dame el link de tu blog para ponerlo en el blogroll.(Paco Elvira es uno de los mejores fotoperiodistas de España, aviso a los demás amigos del blog).
Publicado por: Gabriel Jaraba | 12/03/09 en 14:31
Gabriel, no tengo tu mail, tú sí el mío.Envíame un mail please.
Publicado por: Paco Elvira | 12/03/09 en 22:44
Gabriel, tienes razón al señalar los puntos débiles de la estrategia multimedia española. No ha sido menos esperpéntico ver pelearse a dos grupos teóricamente de izquierdas y que supuestamente defienden al Gobierno socialista por los derechos del fútbol y otras cuestiones televisivas. En cuanto al Avui, todos sabemos que la importancia simbólica de la cabecera es mucho mayor que su tirada y justifica todas las subvenciones. Ni el PSC ni mucho menos ERC están dispuestas a asumir el coste en impopularidad de una quiebra del emblemático diario, por mucho que éste defienda con desparpajo posiciones frentistas e independentistas. Al menos, no mientras la bolsa de votantes del PSOE se siga absteniendo en las autonómicas.
Publicado por: Jaume | 18/03/09 en 2:05
Excelente análisis Gabriel, con el que estoy de acuerdo. A ello tienes que agregar, el sistemático mal uso de los becarios, "condenados" a trabajar gratis o casi, para cubrir los huecos dejados por los "regularizados".
También en las editoriales de libros ha pasado casi lo mismo. En ellas no hay "editores" sino gestores de una edición que hacen los llamados "packagers". En fin...Un abrazo que hago extensivo a Paco Elvira
Publicado por: Antonio Tello | 19/03/09 en 9:29
El análisis de la evolución de la organización trabajo dentro de las empresas periodísticas me parece acertado. Estimo que se debería hacer más hincapié en el papel que juegan los Directores Generales de los diferentes medios, que no son periodistas sino economistas... Por lo tanto el poder y el protagonismo, como en todo, se le está atribuyendo al dinero, no a la información, a la noticia... y, además, creo que en los anteriores comentarios hay un "error de bulto", pues los periódicos, en todo el Estado, se alinean del lado del capital (léase anunciantes,-en algunos casos los anuncios son institucionales, ese puede ser el vínculo con los partidos políticos).
Es por todo lo anterior por lo que, entiendo, el debate, de considerarse pertinente, debe orientarse pr otros derroteros.
Publicado por: Manuel | 19/03/09 en 20:46
Manuel, lo que dices es correcto. El problema viene de arriba: no es que no haya directivos de prensa cualificados para asumir las razones de la información, es que no hay editores de prensa vocacionales. El último fue Antonio Asensio, que en paz descanse. El Periódico y el Grupo Zeta fue fruto de su pasión y de su amor por la información (tuve el privilegio de ser uno de los trabajadores fundadores de la empresa).
Pero nos equivocamos si creemos que el problema es que "los periódicos se alinean al lado del capital". Todas las empresas comerciales "se alinean al lado del capital" y los periódicos, para ser viables, deben entrar en el sutil juego de equilibrios entre conseguir beneficios en el mercado y servir al interés público del derecho de la información. No hay otra vía si nos mantenemos en el terreno de la otrora llamada "prensa burguesa". Veremos qué dice el futuro que abre internet, pero las alternativas a la "prensa burguesa" han sido horripilantes: mil veces más la prensa burguesa que panfletos manejados por cúpulas burocráticas de grupillos autoritarios, por más socialistas o anarquistas que se puedan llamar.
El vínculo partidos-prensa no es (únicamente) el de la publicidad institucional, ojalá lo fuera. Transcurre por caminos mucho más tortuosos. LOs trabajadores hemos sido sistemáticamente derrotados en el terreno de la comunicación por nuestra visión extremadamente mecanicista de unos fenómenos enormemente complejos que solamente pueden ser comprendidos en una perspectiva de libertad democrática y no de empujones tacticistas.
Publicado por: Gabriel Jaraba | 20/03/09 en 16:57
El monopolio de la gestión, filtrado y control de la información que han ejercido las redacciones de los medios clásicos (no sólo la prensa escrita, también radio y TV) ya se está tambaleando y no tardará en ir al traste. Modelos como el de los blogs personales o en equipo (que sí, ya sé que muchos van llenos de rumores infundados, cuando no son tapaderas de partidos, grupos o grupúsculos, pero algunos son auténticos y eficaces) y experimentos de "periodismo social" como Menéame, en el que los lectores deciden la relevancia de la noticia, están marcando el camino hacia un flujo más libre de la información. Al final dependerá del buen criterio del lector/receptor el discernir el grano de la paja, en vez de fiarse de la cabecera prestigiosa o ideológicamente afín de su predilección. Por ahí puede venir el problema, ya que el poder últimamente prefiere tontos aborregados (véase última ley de Educación) antes que ciudadanos cultos y con sentido crítico. Por algo será.
Publicado por: Jaume | 20/03/09 en 19:15