Pues señor, acabamos de comprobar que en España no es necesario ganar unas elecciones para gobernar. Basta con estar representado en el Tribunal Constitucional. Nos damos cuenta, a la vez, de que la soberanía popular de la democracia española es limitada, ya que dicho tribunal actúa de facto como una cuarta cámara facultada para torcer la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas y la de sus diputados y senadores que les representan en las regiones y nacionalidades, en el Congreso y en el Senado. Más aún, el TC se arroga incluso la capacidad de enmendar la plana al Rey, que sanciona con su firma las leyes con las que se dotan los ciudadanos, absteniéndose de intervenir en ella. Si esto no es un golpe de estado, que venga Armada y lo vea.
En realidad, la ley orgánica del TC avala que puede resolver casos de inconstitucionalidad que afecten a Estatutos de Autonomía o cualquier otra Ley Orgánica (Art. 27.2), y que el recurso de inconstitucionalidad sólo puede ser presentado en los tres meses siguientes a la publicación de la ley en cuestión, por lo que necesariamente debe presentarse cuando ya está firmado por el Rey, pues de no estarlo no podría publicarse. Como, por otro lado, el Rey no puede ser responsabilizado por sus actos, según el Art. 56.3 de la Constitución, en todo caso deberían dimitir los que refrendaron dicha firma, es decir, el Gobierno, y dar paso a un nuevo Gobierno o a elecciones generales anticipadas.
Y por supuesto, el que debería haber dimitido es el señor Montilla, por incapacidad manifiesta de defensa de la autonomía catalana y falta de liderazgo político. Pero no. Aguantará hasta el final, el tío.
Publicado por: Jaume | 01/07/10 en 14:20
Y es que no hay manera de desprenderse de la memoria –que siempre es histórica. Que yo recuerde en los albores de la Transición ,solo reclamaban un Estatuto ,Catalunya , País Vasco y ,la verdad no recuerdo el caso de Galicia, pero el resto de ciudadanos -ahora súbditos- comprometidos con la democracia se limitaba a la petición apremiante de Libertad y Amnistía. Lo del café para todos surgió evidentemente por la presión de los “poderes fácticos” impidiendo haber cristalizado en aquel momento un modelo de estado, que simplemente devolvía los derechos de las instituciones arrebatados por el franquismo. Por cierto quiero recordar que la primera –y masiva-salida de presos ,confundidos comunes y políticos con penas medias o bajas ,fue con motivo de la coronación del rey, y funcionó como una medida de gracia ,siendo así, que al promulgarse la ley de Amnistía salieran relativamente pocos presos. De tanto café para todos ,hemos conseguido una sociedad insomne, nerviosa y desmemoriada. Saludos.
Publicado por: paco roldán | 01/07/10 en 20:36
Ya te lo digo que no existe democracia.
Publicado por: Clara | 02/07/10 en 18:46