Amazon se dispone a abrir su tienda en España el próximo 16 de septiembre, tal como anuncié en junio en Jaraba Internet, mi portal informativo. Buena noticia para lectores y compradores de libros. Me interesa ver cómo la empresa de Jeff Bezos va a competir con el inmovilista sector librero español sometido al pie forzado del precio fijo del libro. Personalmente, no he conseguido hacerme a la idea de si esta medida legal favorece o no la diversidad de la publicación y el acceso a la variedad del catálogo. Lo que sé es que compro más barato en el Amazon estadounidense que en mi país y que el servicio es impecable: mi útimo pedido me llegó a casa en 48 horas, y no vivo en una gran ciudad. Con el Kindle, aún mejor, pues descargar un libro electrónico sólo cuesta un clic, mientras que en las tiendas electrónicas españolas hay que hacer 14 pasos para realizar la descarga.
Cuando se habla del precio fijo, el sector del libro argumenta en torno al IVA, reclamando una sensible rebaja en el impuesto. Sería bueno, pero no la solución. Oigo hablar a editores y libreros y entiendo que consideran que una rebaja del IVA favorecería el aumento de la lectura. Yo creo que no va por ahi, sobre todo porque los que se quejan de que los libros son caros se dejan muchisimo más dinero en copas, discotecas y fútbol de pago, en televisión o estadio. No serán los que abarrotan el circuito de Montmeló y alrededores los días de competición quienes sean atraídos rápidamente a la lectura si se rebaja el impuesto, digo yo, con todos los respetos a la gente de la gasolina, que son un personal majo. La cuestión es que los vendedores de libros no cuidan a su público natural, habitual y sobradamente fidelizado.
El problema del lector y comprador de libros es muy sencillo: los dependientes de las librerías o puestos de venta de libros en almacenes no tienen idea, por lo general, de lo que venden ni de lo que pueden vender. Trabajan, además, sumergidos en un alud de novedades totalmente absurdo. La experiencia de venta común cuando entras en una tienda es pedir un título o mencionar un autor y ver cómo el dependiente corre raudo a consultar el ordenador, pues o bien desconoce en qué anaquel se encuentra el volumen o el nombre de la obra o del escritor. Y no solamente en grandes superficies o librerías corrientitas: a mí me ha pasado en una librería de primera división como La Central. En cambio, en la librería Claret, dedicada al libro religioso y dotada de pocas pretensiones, hay un caballero al cual le insinúas lo que andas buscando y sale disparado cual flecha veloz hacia el punto exacto donde se encuentra depositada la obra. Yo sobrevivo gracias a ser cliente de Ancora y Delfín, donde aún reina la sensatez, conocen el estado de sus propias existencias y son capaces de hacer recomendaciones de calidad. De modo que compro habitualmente en Áncora, recurro a alguna librería especializada según la especialidad requerida y me sirvo yo mismo en El Corte Inglés cuando sé lo que voy a comprar exactamente, y lo cargo a mi tarjeta de los almacenes junto con el desodorante y el pack de calcetines. En las demás librerías, con todos los respetos, me limito a ojear el escaparate. Amazon me es enormemente útil para comprar libros en inglés, pues convierte en un placer la tortura de pedir a tu librero que te consiga un libro de importación. Y Amazon España conseguirá que me ahorre tiempo y dinero en desplazamientos en tren o coche, aparcamiento y disgustos en la cada vez más desagradable experiencia de circular por Barcelona.
Estoy convencido de que el sistema de seguimiento de los intereses del cliente habitual y las correspondientes recomendaciones van a causar estragos en el panorama de la venta de libros por internet en España, que se efectúa en webs comerciales plúmbeas, espesas, estáticas, que no ofrecen la menor gratificación por la experiencia de comprar en ellas. Es inquietante pensar que todos los años de existencia de Amazon no les han hecho reaccionar ante el propio aburrimiento que proporcionan. Dudo de que lo hagan ahora que se les viene encima el competidor por excelencia. Estoy seguro de que seguiremos escuchando llantos diversos. Y también de que la atención a los lectores que acuden a las librerías a gastarse las pelas en libros en vez de (o además de) copas será efectuada por pobres chicos y chicas mal pagados y mal leídos.
No soy experta en el tema aunque he constatado el deterioro del servicio tradicional, a veces te dicen que un libro que existe no existe y también escuché a un librero de los de culto decir a una dama que un libro que buscaba en gallego no lo encontraría en ninguna parte, cosa que no era cierta. Eso también pasa con muchas otras cosas.Respecto al libro electrónico, últimamente quise comprar uno para hacer las cosas legales y sin piratear y tuve grandes problemas para la descarga, como tu mismo comentas. En cambio con los libros pirata, recortas y pegas y ya está.
En contraste he de decir que he comprado varios libros de segunda mano en iberlibro y siempre ha funcionado todo de maravilla.
Publicado por: Júlia | 08/09/11 en 18:45
Te recomiendo el programa www.calibre.com para transformar documentos en cualquier formato a ebook, para poderlos usar en el lector electrónico, páginas web incluidas. Probaré Iberlibro a ver qué pasa.
Publicado por: Gabriel Jaraba | 09/09/11 en 9:59
A mí me encanta cuando voy a una de esas grandes librerías, pido un libro, por ejemplo, de religión y me dicen: "Si no está en la sección de Religión, que está allí, es que no lo tenemos". Entonces me acuerdo de Amazon, que no solo te enseña el libro que buscas, sino que te sugiere otros libros relacionados con el tema, y te permite conocer lo que otros lectores han opinado sobre la calidad del volumen. Y me pregunto, cuando Amazon venga a España, ¿volveré a entrar en una librería "física"?
Solo me queda una duda: ¿podremos comprar los libros escritos en inglés a través de Amazon España, o tendremos que seguir encargándolos a USA o UK como hasta ahora?
Publicado por: Jaume | 09/09/11 en 14:04
Lo tremendo del asunto, Jaume, es que la eficacia y el atractivo de Amazon, que llevan años siendo evidentes para todo bicho, no han causado la menor mella en el sector librero español. Yo entro en las librerías físicas lo menos posible, porque cada decepción me fastidia enormemente y no quiero sentirme perjudicado en mi enorme pasión por los libros. Me pasa como al periodista José María García, ferviente católico, al cual le preguntaron una vez si la conferencia episcopal española le quitaba la fe. "No", respondió, "pero mi quitan la ilusión".
Publicado por: Gabriel Jaraba | 09/09/11 en 20:55
¡La web ya está operativa!
http://www.amazon.es/ref=gno_logo
Publicado por: Jaume | 14/09/11 en 11:16